El mundo editorial - Cómo está el patio: Palos de ciego

Palos de ciego

Cuando alguien se da cuenta que haciendo lo mismo obtiene peores resultados que antes lo normal es que se pregunte por qué y que intente cambiarlo. Es el caso de las editoriales. Con la llegada del ebook cayeron en la cuenta que ignorándolo estaban vendiendo menos libros. "¿Qué hacemos?" debieron preguntarse. Y seguro que hicieron decenas de estudios de mercado, encuestas, etc. para averiguarlo. 

Con los datos de sus maravillosos estudios en la mano pondrían el grito en el cielo. "¿Que la gente obtiene los libros de Internet?". Pues vamos a estar nosotras también en Internet. Y sacaron todos sus libros en versión digital. Éste hubiese sido un final la mar de feliz si la avaricia no les hubiese cegado imponiendo unos precios desorbitados a los ebooks. 

En resumen, ¿qué es lo que han conseguido durante todo este proceso? Pues más bien nada, porque siguen vendiendo menos libros que antes. Quieren estar en el negocio digital y no saben muy bien como... Aún tienen que estar preguntándose qué están haciendo mal... 

Para poner un ejemplo más personal de todo este tinglado, hace unos meses Yael Farache explicaba en su blog el porqué no había publicado su primer libro con la editorial Planeta. Estuvo a punto de hacerlo aún teniendo más de 30.000 copias vendidas de su libro en preventa, pero al final reculó cuando se dio cuenta de que la editorial en realidad lo que quería era obtener los datos de todos sus lectores. 

Ése es un pequeño ejemplo de los palos de ciego que están dando las editoriales para introducir su negocio en Internet. El miedo los invade, no quieren perder su poder y dárselo a los lectores directamente y hacen lo que sea para atraerlos hacia sus redes. 

Sin embargo, aunque nos pese para un escritor el romanticismo de ver un libro suyo en la librería, de creerlo así más real, es una de las grandes razones por las que las editoriales siguen subsistiendo. Ver la casa que tú has construido, el cuadro que has pintado o el libro que has escrito son momentos de gran satisfacción personal. Lo puedes ver, lo puedes tocar. 

Pero algo que no existe físicamente más que dentro de un ordenador, tableta o lector es un concepto abstracto. ¿Cómo le dices a tu abuela (o a tu madre) que has escrito un libro pero que éste "no existe"? Ahí es donde tienen cabida las editoriales. Pero... ¿qué harán cuando esa abuela o esa madre seamos nosotros? Estarán perdidas.

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