EL MUNDO EDITORIAL - Cómo está el patio: Por qué se sostiene

Por qué se sostiene

El negocio editorial actual está cambiando y va a cambiar más todavía. Esto es un hecho y quién no lo quiera ver se quedará atrás. Y todo gracias al precio abusivo de los libros y la llegada de los libros electrónicos. Por una parte tenemos el modelo seguido hasta el momento, con un 10% de los beneficios (en el mejor de los casos) para el autor del libro, otro 10% para la impresión y el 80% restante para su edición, promoción, distribución y venta en librerías. Y por otro lado tenemos los e-readers cada vez más asequibles y una mayor variedad de libros electrónicos disponibles.
Ahondando más en el tema del modelo actual, visto desde el punto de vista de un escritor tiende a ser bastante deprimente. Cuando un autor firma un acuerdo con una editorial esta se compromete a editar, imprimir y publicitar el libro, a la vez que mueve sus hilos (contactos con los grandes distribuidores) para que el libro llegue a las librerías más importantes. Por tanto el escritor, una vez firma con la editorial,  se desentiende totalmente de todo. Más de lo que seguramente le gustaría a él. Y digo esto porque a partir de ese momento no va a ser informado de las ventas de sus libros, de cuántos se han vendido, cuando y dónde. Solamente le llegará un cheque cada 6 meses, 1 o 2 años por los derechos de autor de x libros vendidos que el autor se tendrá que creer a pies juntillas. Y a esperar el siguiente cheque cuando quiera llegar, si llega.
Con este panorama un escritor (a no ser que hablemos de grandes betsellers) no puede vivir de sus libros y tiene que ganarse la vida de otra manera. Muchos son periodistas, otros profesores, historiadores, etc.. A mi parecer esto promueve que la escritura pase a significar un hobbie, un complemento de su carrera profesional. Y esto lo tendría que definir el número de ventas de sus libros y no la incertidumbre de cuando y cuánto le va a pagar la editorial. Quizás el escritor podría vivir del dinero recibido si fuese continuo, quizás podría conocer más a su público si supiese donde se ha vendido mejor su libro, quizás… O quizás no, claro está.
Esta serie de circunstancias a mi me hacen llegar a plantearme cómo es que siga habiendo gente dispuesta a escribir libros. Después de intentar buscar la razón en Google sin éxito (que ingenua soy) me rendí, pero justo antes de hacerlo fui a parar a un artículo donde se le preguntaba a 50 escritores reconocidos esta misma cuestión: ¿por qué escriben? Sus respuestas son tesoros.
¿Por qué respiro?  Carlos Fuentes 
Como la mayoría de los escritores, no escribo porque lo haya elegido; escribo porque tengo que hacerlo. John Boyne 
Porque me gusta. Umberto Eco 
Es una pregunta trampa en cuya respuesta se funden el placer y la necesidad. Use Lahoz 
Sinceramente, no lo sé. Nunca me lo he preguntado, ni al principio, que fue espontáneo, ni a lo largo de todos estos años. Eduardo Mendoza 
Escribo por insatisfacción. Si estuviera satisfecho, me limitaría a “vivir la vida”, no a intentar comprenderla mediante la escritura. Ricardo Menéndez Salmón 
Se me amontonan las razones. Son muchas más de lo que luego rinden. Luis Muñoz 
Yo no lo elegí. Es igual que enamorarse. Se sabe que no es una buena idea y uno no sabe cómo ha llegado ahí pero al menos, hay que intentarlo. Amélie Nothomb
Queda bastante claro que ellos lo único que quieren es escribir, porque es lo que les gusta y lo que saben hacer. Todo lo que envuelve a esa acción, en el fondo, se la trae al pairo. Al fin y al cabo son artistas y prevalece su vocación a todo lo demás. Actores, pintores, diseñadores… les nace de muy adentro lo que hacen. Si pensasen en su jubilación seguramente no se dedicarían a lo que se dedican. Bravo por ellos.
Pero lo interesante de todo este asunto es la opinión de los protagonistas respecto al negocio montado alrededor de sus libros y su inminente cambio con la llegada del libro electrónico. La mayoría de ellos ve una amenaza en este cambio y defiende el modelo actual (Lucía Etxebarría fue tajante al respecto). No los culpo, el mp3 ha hecho mucho daño. Pero pienso que deberían ser un poco más abiertos de miras y confiar. Más que confiar, aportar. Ese miedo es de esos que se basan en el desconocimiento. Su modelo actual no es el óptimo, pero lo que está por llegar seguro que piensan que será peor. Más vale malo conocido, que bueno por conocer. Y es que el modelo futuro está por escribir. Y quién mejor que los protagonistas para escribirlo…


Este artículo pertenece a una serie de artículos que estoy escribiendo sobre el mundo editorial en la actualidad. Para difundir el mensaje, aportar mi granito de arena e ir hacia una industria mejor.
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