El mundo editorial - Cómo está el patio: Quién parte y reparte se queda la mejor parte

Quién parte y reparte se queda la mejor parte


El otro día explicaba todos los elementos involucrados en el proceso de creación y venta de libros tradicionales. Resumiendo, decía que, para que podamos encontrar cualquier libro en una librería tenía que darse el siguiente flujo de acciones: el escritor escribe el libro, el editor lo imprime y publicita, el distribuidor lo hace llegar a las las librerías y el librero lo vende. El productor, el comprador y los 3 intermediarios hacen un total de 5 elementos a tener en cuenta en el proceso. Quedémonos con esa idea de momento.
Ahora voy a partir de una obviedad. Cuando alguien crea un producto y lo vende lo que pretende es ganar dinero, que el precio por el que le compren ese producto cubra con creces los gastos de fabricación de éste. Todo aquel dinero que le quede después de pagar sus costes será el beneficio que el productor obtenga por la venta. Sé que esto parece clase de economía para niños de 3 años, pero es que a veces se nos olvidan los conceptos más básicos. Bien, pues apliquemos este concepto tan simple a un libro. Lo normal sería pensar que la gran parte de los costes fuesen destinados a la “fabricación” del libro, es decir, al escritor que lo escribe y al editor que lo prepara (ojo, eso significa revisar el libro e imprimirlo, por lo que también habría unos gastos fijos de impresión). Parece obvio, ¿no? Sin embargo, después de tener el libro ya listo para ser vendido hay otros gastos derivados de la distribución a las librerías y de los propios libreros (que mira por donde también quieren ganar dinero vendiendo libros en sus tiendas…). Por tanto, el pastel tiene que dividirse en cinco: escritor, editor, impresión, distribuidor y librero. Ricardo Galli lo resume magníficamente en esta entrada de su blog con este gráfico:
Figura 2: Cómo se reparte el pastel actualmente

Estos datos seguramente no serán totalmente exactos y podrían variar por factores variantes como por ejemplo el tanto por ciento que cada escritor pacta con su editor (aunque a la mayoría no le ofrecen más del 10%), el tipo de impresión/encuadernación de cada libro, etc.
Sin embargo, aunque las cifras de editorial, distribución y librería podrían oscilar su valor, la suma de las tres no variaría apenas. Si observamos el gráfico atentamente podemos comprobar que los gastos de fabricación del libro corresponden solamente al 50% del precio final al que se ofrece el libro al consumidor. Y teniendo en cuenta que los involucrados en esta fabricación obtienen beneficios. Es decir, que un libro cualquiera que compremos en una librería que nos cuesta 15€ por ejemplo, realmente su precio justo como producto podría ser perfectamente la mitad, 7€ y medio. ¿No sería maravilloso? Pero claro, supongo que ese precio sólo sería el adecuado si lo vamos a recoger directamente a la imprenta… Porque todos sabemos que con esto de la crisis la gasolina está por las nubes y que nos lo lleven a la librería para poder comprarlo encarece el precio del libro en un 100%… Bromas aparte, ¿por qué entre el distribuidor y el vendedor se llevan la mitad de los beneficios?

Yo lo resumiría en una palabra: monopolio. Las editoriales tienen un monopolio en el sentido de que controlan cómo llegan los libros a las librerías, supermercados o tiendas. No lo digo yo, lo dice Stephen Page, el ejecutivo editorial a cargo de Faber & Faber en esta entrevista de El País. De hecho yo puntualizaría que no sólo controlan cómo llegan, sino cuales llegan que es más importante. Las editoriales tienen los contactos, ellas no saben, pero tienen el teléfono del que sabe: el distribuidor. Porque no nos engañemos, quién distribuya a "Los Grandes" se llevará el gato al agua. Y aquí en España esos son las grandes superficies como Carrefour, Alcampo y El Corte Inglés. Sin olvidar Casa del Libro y Fnac que no dejan de ser grandes superficies especializadas. Ahí es donde se venden la absolutísima mayoría de libros en España.

Figura 3: Noticia sobre la ventas de los libros


Ésa es la razón porque el proceso es tan árduo, porque no todo el mundo puede acceder a donde está el lector, sólo unos pocos tienen la llave y claro, quieren cobrar por ello… Pero afortunadamente esto está empezando a cambiar. Igual como ahora todo el mundo ya no está pegado a la tele (gracias Internet), tampoco ahora todos los escritores siguen este proceso ni todos los lectores acuden a los mismos sitios. Hoy en día hay herramientas para autopublicar tu propio libro, existen los libros digitales, etc. En definitiva, hay alternativas al proceso. Las editoriales van a dejar de tener el monopolio y no controlarán cómo hacer llegar al lector los libros. Porque no serán "Los Grandes" los únicos que podrán acceder al lector.


Este artículo pertenece a una serie de artículos que estoy escribiendo sobre el mundo editorial en la actualidad. Para difundir el mensaje, aportar mi granito de arena e ir hacia una industria mejor.

Artículos anteriores:

No hay comentarios:

Publicar un comentario